La vida del 17º Karmapa
El actual Karmapa, Ogyen Trinley Dorje, es decimoséptimo en la línea de sucesión de las encarnaciones de los Gyalwang Karmapas. He aquí una breve presentación de los hechos más significativos de su vida.
Nace en el Tíbet
En junio de 1985 en la región remota del este del Tíbet, llamada Lhatok, el Karmapa nació en el seno de una familia nómada. El relato de su nacimiento —registrado por distintos grupos que entrevistaron a sus familiares, a los miembros de la comunidad nómada de su región y a otros residentes del país—, describe acontecimientos extraordinarios, aunque no extraños para aquellos que comparten la memoria colectiva tibetana, rica en maravillosas narrativas de los seres realizados que han habitado en la región a lo largo de un milenio.
Antes del nacimiento del 17º Karmapa, su madre recuerda haber tenido sueños asombrosos, durante su embarazo. Yum Lolaga soñó que tres grullas blancas llegaron y le ofrecieron un cuenco con yogur. Sobre este yacía una carta de color dorado. El portento significaba el hijo que vendría. Las grullas le dijeron a la madre que habían sido enviadas por Gurú Rinpoche (Gurú Padmasamvabha) y la carta describía el reconocimiento del hijo que tendría; además, le instruyeron que no hablara de ello hasta el momento adecuado. La noche anterior al nacimiento, después de la puesta del sol sobre las montañas, el padre miró sobre la carpa familiar varios arcoíris y se sorprendió. Al día siguiente, el bebé nació. La madre reportó que no había tenido dificultad ni dolor al momento del parto. Los que estaban afuera escucharon el arrullo de un “cuco” (pájaro) parado sobre la tienda de crin de yak donde estaban ella y el bebé.
Dos días más tarde, los vecinos de la comunidad nómada dijeron que escucharon el sonido de una concha (caracol de mar) resonando por todo el valle; vieron nuevas flores que jamás habían visto; se dice que por toda la región del este del Tíbet, tres soles alumbraron el cielo y que el sol de en medio, tenía un arcoíris encima. Para aquellos que los pudieron apreciar, estos eventos significaron portentos auspiciosos que anunciaban la llegada de un maestro iluminado.
Le llamaron Apo Gaga (el en tibetano significa, “hermano feliz” en tibetano). La familia vio al niño como un ser especial, pensaron que posiblemente sería la encarnación de un maestro. Cuando Apo Gaga cumplió cuatro años, su familia lo llevó a vivir a un monasterio cercano. Allí comenzó a estudiar, sin embargo solía pasar mucho tiempo en las tiendas de su familia. Cuando tuvo siete, en 1992, le dijo a su familia que se trasladaran a otro valle y que allí esperaran la llegada de algunos monjes y lamas viajeros. La familia levantó el campamento, y así lo hizo. Poco después, un grupo de viajeros llegó al nuevo alojamiento. Sin que la familia lo supiera, los monjes y los lamas buscaban la encarnación del 16º Karmapa, quien antes de fallecer había dejado una carta en la que predecía el año de su siguiente nacimiento, así como el lugar y el nombre de sus futuros padres. El grupo, que había sido enviado por los maestros de su linaje, pudo localizar el campamento de la familia de Apo Gaga, porque todos los datos relacionados con el nacimiento del niño y los nombres de sus padres, coincidían con los detalles descritos en la carta escrita por el anterior Karmapa.
Así fue como Apo Gaga fue reconocido oficialmente como la encarnación del 16º Karmapa por la mayoría de los maestros de su linaje. El niño recibió el nombre de Ogyen Drodul Trinley Dorje y el titulo de 17º Karmapa. La noticia de su nacimiento estremeció a muchos, en particular a los maestros y estudiantes por todo el mundo que se consideraban sus seguidores. Desde la India, Su Santidad el 14º Dalai Lama lo reconoció como la encarnación del previo Karmapa y expresó su apoyo en una carta oficial. También el gobierno chino respaldó el reconocimiento del niño como el 17º Karmapa.
Los primeros sucesos de la vida del Karmapa coinciden con las predicciones hechas por el anterior Karmapa sobre su porvenir y con las profecías que el maestro Chogyur Lingpa (siglo XVII) pronunció sobre las vidas de los Karmapas. Por su parte, el 16º Karmapa, por su parte, compuso poemas y canciones, en las que se detalla su partida del monasterio Tsurphu —su principal sede en el Tíbet— y su rápido retorno a este después. El 16º Karmapa también predijo que su maestro principal sería Kenting Tai Situ Rinpoche y que realizaría sus estudios formales en la India.
Regreso a la antigua sede de los Karmapas
En junio de 1992, se celebró el histórico regreso de Su Santidad al monasterio de Tsurphu. En el camino, miles de tibetanos esperaban su llegada, mientras èl avanzaba lentamente sobre el poni tibetano que lo cargaba. Al verle, vestía ropas de seda brocada y un sombrero color dorado con tiras rojas que se sujetaban debajo de la mandíbula. De su sonrosado rostro nómada, emanaba una leve sonrisa. Más de 20,000 personas llegaron a los alrededores del monasterio para verle por primera vez. A la mañana siguiente, aproximadamente 25,000 personas hicieron fila para recibir su bendición de él. Tres meses más tarde, el 27 de septiembre de 1992, Su Santidad fue entronizado ante una audiencia de miles. Tenía siete años, aunque los tibetanos cuentan el periodo de gestación en la edad, así que tenía ocho.
En el monasterio de Tsurphu, el Karmapa empezó su largo aprendizaje de las ciencias budistas. También fue instruido en las ceremonias, las danzas y los rituales de su linaje, asimismo el tibetano y el chino. A diario se encontraba con cientos de tibetanos y extranjeros que le solicitaban audiencia. Comenzó a otorgar iniciaciones budistas tibetanas desde temprana edad. Y a los diez años, Su Santidad empezó a reconocer a las encarnaciones de otros maestros pertenecientes a la escuela Kagyu, tales como Pawo Rinpoche, Jamgon Kongtrul Rinpoche y Dabzang Rinpoche. A partir de su estadía en Tsurphu, la comunidad del monasterio experimentó un riguroso periodo de reconstrucción de sus templos, sus estupas, su universidad y las residencias monásticas, las cuales habían sido destruidas durante la Revolución cultural china.
Se dice que dichas actividades relacionadas con el joven 17º Karmapa, conforman la labor de un Karmapa. Sin embargo, para llegar a realizar su máximo potencial, Su Santidad debía recibir las enseñanzas junto con las transmisiones e iniciaciones esenciales del linaje Kagyu, pero la mayoría de los maestros que poseían el linaje de éstas, residían en exilio, en lugares como la India y Nepal. Esa realidad, exigió que el joven Karmapa tomara una decisión. Con la mirada hacia el futuro, deseando establecer una conexión con los estudiantes que no estaban en el Tibet, el Karmapa consideró los serios riesgos que enfrentaría al salir de su tierra natal sin el permiso del gobierno chino. Sin embargo, con 14 años de edad, decidió huir a la India en secreto, y acompañado por un pequeño grupo de asistentes, fue a encontrarse con sus maestros principales.
Sale del Tíbet en silencio
Después de siete días de atravesar riesgosamente el Himalaya en jeep y a caballo, a pie y en helicóptero, el Karmapa llegó a la ciudad noreste de la India, llamada Dharamsala, lugar donde Su Santidad, el 14º Dalai Lama reside y donde la comunidad tibetana ha construido su eje de actividad en exilio. Era el comienzo de un nuevo milenio, 5 de enero, 2000. Su Santidad el Dalai Lama recibió al Karmapa con gran afecto. Y no transcurrió mucho tiempo antes de que la noticia de su llegada y difícil travesía, se leería en los titulares internacionales.
Su estancia en la India donde se hace adulto
Desde los 14 años, el Karmapa ha residido en la India, habitando temporalmente en el monasterio de Gyuto en Dharamsala. Huésped del Gobierno indio, recibió estatus de refugiado del país en el 2001. Su Santidad el Dalai Lama y cientos de miles de tibetanos han recibido el mismo status desde 1959.
Durante su estancia en la India, en los últimos 17 años, el Karmapa se ha convertido en un maestro de alto perfil, más que por el cargo que lleva, por los millones de personas ordenadas y laicas que le siguen. Al haber realizado su formación monástica, y recibido las transmisiones y iniciaciones de sus maestros en exilio, el Karmapa ha podido impartir enseñanzas e iniciaciones a miles de personas de manera similar que los anteriores Karmapas lo han hecho a lo largo de 900 años.
Tras los años de estudio avanzando en las ciencias budistas, el Karmapa ha llegado a conocer con amplitud ciertos temas. Verificando con textos antiguos en diferentes lenguas y eruditos de otras tradiciones, como también su propia, Su Santidad dirige investigaciones a gran escala por un beneficio colectivo. Las conferencias académicas anuales sobre el texto clásico, El precioso ornamento de la liberación o las indagaciones sobre la ordenación monástica completa para las monjas antes de comenzar el proceso de dicha ordenación comprenden dos de estas labores en curso.
Al margen de su adiestramiento tradicional y académico, el Karmapa se interesa en la ciencia moderna, las artes, la tecnología. Es, además, un activista del medio ambiente y un celebrado líder entre su generación. En el 2015, recibió el grado honorario de Doctor en Letras Humanas de la Universidad de Redlands en California por su ejemplar vida y labor.
Si hay lugar donde Su Santidad concentra su energía espiritual y ejerce su actividad abiertamente es en Bodhgaya, India. Cada año, desde el 2004, el Karmapa continúa la tradición de los anteriores Karmapas de celebrar el festival de plegarias llamado, Kagyu Monlam. El Kagyu Monlam, hoy en día, es en uno de los más concurridos festivales de plegarias budistas en la India contemporánea.
Sus viajes por el mundo y reciente estancia en occidente
Tras las constantes invitaciones de enseñar por el mundo, el gobierno India permitió al Karmapa salir del país en el 2008. La primera visita histórica a occidente fue a los Estados Unidos. La presencia y el mensaje del Karmapa a los 22 años, cautivaron a miles de personas. Desde ese entonces, una creciente audiencia en países como Suiza, Alemania, Francia, el Reino Unido y Canadá han celebrado la llegada del Karmapa a sus tierras, estableciendo así, una conexión duradera y personal que va más allá de los títulos o las dominaciones culturales y religiosas. Diez años más tarde, conexiones de esta naturaleza florecen en la región de Occidente que vio al Karmapa por primera vez. A fin de tomar un periodo de descanso, el año pasado, el Karmapa residió temporalmente en la costa este de los Estados Unidos.